Estaba por
escribir un nuevo post y cuando me disponía a grabar el documento (aún en
blanco pero con título) me di cuenta que ya había guardado este post con este
título y algunas notas. Me dio risa. Me dio risa ver cómo cambian las
circunstancias de un día (o dos) a otro (mi nuevo post tenía un título menos “energético”
digamos).
Para ser
fiel al orden cronológico de los acontecimientos, escribiré este post y luego
el que pensaba escribir hoy.
Este post
lo empecé el viernes pasado y no lo terminé porque estaba terminando el que
publiqué ayer (que había empezado hacía varios días ya). Cuando lo empecé
estaba cansada, pero cansada con sueño más que cansada físicamente o con todo
el cuerpo…no sé si me dejo entender. Tenía sueño porque desde hace unas semanas
venía (¿o vengo?) durmiendo mal: entre que tengo “Restless Leg Syndrome” o “Síndrome
de las Piernas Inquietas” (ver
aquí explicación de Wikipedia) y que si me despierto por algún ruido de
Giulia me desvelo al menos dos horas, he estado durmiendo menos de 6 horas al
día (y eso para mí no es suficiente). En mi embarazo de Giulia me pasaba que me
despertaba en la mitad de la noche y me quedaba despierta un buen rato pero en
ese momento no me molestaba, leía, hacía algo y luego me dormía y si al día
siguiente estaba muy muerta, pues seguía durmiendo o me despatarraba toda la
mañana (o todo el día). Como ahora seguir durmiendo o despatarrarse no es tanto
una opción (igual me tengo q levantar para alistar a Giulia para que Alberto se
la lleve al nido y ya dormir otra vez es más difícil) me pongo un poco ansiosa
esas horas que me desvelo y eso no ayuda para nada a que me vuelva a dormir.
Felizmente, desde hace una semana empecé a tomar unas pastillas de calcio que
me ayudan con lo de las piernas y hace unos días comencé con unas pastillas
homeopáticas para relajarme y dormir que, a juzgar por mis dos últimas noches,
parece que dan resultado.
Pero
bueno, el punto es que a pesar de tener sueño, estaba llena de energía. De
hecho, estaba sorprendidísima de mi energía. Siempre tuve miedo de llegar hecha
un desastre a estas alturas del embarazo (tengo 35 semanas) por lo cansada que
había estado los primeros cuatro meses y, sin ir muy lejos, hace un mes medio
atrás. Pero al parecer el famoso instinto de anidación verdaderamente te envigoriza
y te llena de entusiasmo y de ganas de hacer las cosas. Según yo, es eso y el
hecho que Giulia está en el nido, lo que me había hecho estar tan activa,
disfrutando de mi tiempo libre y sin tanto achaque.
Nótese el
pasado en la última oración: “me había hecho
estar tan activa…”. Claro, ya el viernes había empezado a notar un cierto
cambio en mi energía. Por un lado, la falta de sueño empezaba a pasarme
factura; por otro, tanta energía e instinto de anidación me habían permitido exagerar,
emocionarme con mis actividades y ahora mi espalda me estaba recordando que con
todo y lo bien que estoy, igual estoy cargando una panza de 8 meses y 8 kilos.
Toda la
semana pasada, mi entusiasmo y yo nos las pasamos lavando ropa de Giulia para Chiara,
organizando cosas, guardando, ordenando, arreglando, tirados en cuatro patas, agachados,
parándonos y sentándonos en el suelo “n” veces al día y, como no es de
sorprender a nadie, los achaques empezaron a salir (me pasó así con Giulia que
por emocionada me puse a armar un mueble de Ikea –me encanta armar esas cosas, salí
a mi mamá- y los días siguientes estaba que me moría). Por eso, esta semana me
he auto declarado “fuera de servicio” y me estoy tomando todo con calma, en
posición horizontal lo más que puedo de la mañana, haciendo siesta con Giulia
y, cuando me pongo a trabajar en mis cosas (como ahorita), lo hago por lo
general con todos los cojines que puedo porque lo que más me está matando es la
espalda.
Pero
pasando a cosas más entretenidas e interesantes, una de las cosas que me
hicieron empezar este post el viernes fue el tema del porteo. El viernes,
después de mucho tiempo, me aventuré a ir a un nuevo grupo de mamás. No lo
hacía desde que tuve a Giulia. Es un grupo de mamás embarazadas y/o con bebes
pequeños (algunas también tienen hijos más grandes). Supe de estas reuniones a través
de un grupo de Facebook para papás y mamás que hablan inglés en Budapest. No
hice muchas amigas nuevas (aún) porque finalmente conocí a una que había
conocido virtualmente y, siendo las dos latinas, terminamos hablando en español
entre las dos (excusándonos con el resto claro está, si no es muy feo).
Pero fue
lindo ir al grupo. Primero porque vi potencial en hacer nuevas amigas. Segundo
porque vi recién nacidos y, por breves minutos, hasta me dieron ganas de tener
a Chiara conmigo. Tercero, porque vi mamás que porteaban a sus hijos en sus
fulares (de hecho, todas las mamás en ese grupo me dieron la impresión de ser
fanáticas “porteadoras”) y eso me hizo querer aún más (otra vez, por unos
minutos) tener ya a Chiara.
Lo de las
potenciales amigas es fundamental. Ahora que mis amigas más cercanas se fueron,
soy consciente de que el hecho de estar tan tranquila sin ellas se debe a que ahora
estoy disfrutando mi tiempo sola y a que, muy probablemente, no las hubiera
visto tanto igual, al menos en las mañanas que es cuando hago actividades sin
Giulia. Pero me queda claro que una vez que llegue Chiara y se vayan mis papás
la realidad de mi “soledad” va a ser evidente y me va a dar duro. Y como será
ahí cuando sienta el golpe, tendré que esforzarme una vez más por construir
nuevas relaciones y fortalecer antiguas con mamás que estén teniendo bebes otra
vez (felizmente tengo varias amigas con hijos de la edad de Giulia que están ya
teniendo el segundo). Grupos como estos son los que te cambian y “hacen” la
vida cuando estás lejos y siempre es bonito encontrar gente con la que sientes
puedes pasar un buen momento.
Por otro
lado, una de las cosas con las que soñaba yo cuando estaba embarazada de Giulia
era con tenerla siempre colgada encima de mí. Me compré mi fular elástico y dos
fulares tejidos (uno corto y uno largo) y también una mochila Ergo Baby y,
aunque si la portee algo, no lo hice tanto como hubiese querido (aunque
bastante más de lo que lo hubiera hecho si no estuviera viviendo acá). Por
alguna razón, siempre terminaba usando el coche (excepto en los viajes que si
andaba colgada a mi siempre) y, cuando no lo usaba, terminaba usando más la
mochila que los fulares (y mi sueño de porteo era más con fular que con
mochila). Esta vez quiero sacarme el clavo.
Me lo
quiero sacar porque me quedé con el bichito de la vez anterior y porque creo
que ahora la necesidad hará que tenga que portear a Chiara. Con la edad de
Giulia, tener las manos libres es fundamental para correr detrás de ella o
empujarla en el columpio o ayudarla a subir y bajar en los juegos. Aunque
Giulia es una gran caminante, tampoco es que pueda prescindir del coche
totalmente y prefiero tener a Giulia en el coche que a Chiara, asi que la única
forma de andar las tres juntas va a ser teniendo colgada a Chiara (o,
eventualmente a Giulia que aún en la espalda podría tenerla).
Ver a este
grupo de mamás me animó mucho, es mucho más fácil hacer algo cuando estás
rodeada de gente que hace lo mismo y verlas tan contentas con sus hijos colgados
me hizo recordar lo rico que se siente tener a tu hij@ cerquita de ti y lo
felices que son ellos cuando duermen encima de ti (al menos la mayoría se
supone, hay niños a los que les “simpatiza” menos la idea). Ya quiero verme con
Chiara en mi fular, practicando con las demás las distintas formas de amarrar
los fulares y viendo (más) videos de youtube sobre trucos para que sea más
fácil (los que me conoces saben que cuando me emociono con algo, me vuelvo
medio obsesiva por un tiempo…). De hecho, hoy tuve una “mini clase” de porteo
para recién nacido con fulares tejidos para ir viendo cómo es y decidir la
mejor opción para el clima caluroso en el que va a estar Chiara sus primeros
meses. ¡Qué emoción!
Para
cerrar, debo decir que el escribir este post y no el “menos energético” que
tenía en mente me ha subido el espíritu (que tampoco estaban tan caído pero
igual) y me ha llenado de energía (al menos mental, el cuerpo todavía no
termina de reponerse pero en esas anda….nada que unos días de calma no puedan
arreglar).
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