jueves, 23 de abril de 2015

Sorprendentemente enérgica y con ganas de portear


Estaba por escribir un nuevo post y cuando me disponía a grabar el documento (aún en blanco pero con título) me di cuenta que ya había guardado este post con este título y algunas notas. Me dio risa. Me dio risa ver cómo cambian las circunstancias de un día (o dos) a otro (mi nuevo post tenía un título menos “energético” digamos).

Para ser fiel al orden cronológico de los acontecimientos, escribiré este post y luego el que pensaba escribir hoy.

Este post lo empecé el viernes pasado y no lo terminé porque estaba terminando el que publiqué ayer (que había empezado hacía varios días ya). Cuando lo empecé estaba cansada, pero cansada con sueño más que cansada físicamente o con todo el cuerpo…no sé si me dejo entender. Tenía sueño porque desde hace unas semanas venía (¿o vengo?) durmiendo mal: entre que tengo “Restless Leg Syndrome” o “Síndrome de las Piernas Inquietas” (ver aquí explicación de Wikipedia) y que si me despierto por algún ruido de Giulia me desvelo al menos dos horas, he estado durmiendo menos de 6 horas al día (y eso para mí no es suficiente). En mi embarazo de Giulia me pasaba que me despertaba en la mitad de la noche y me quedaba despierta un buen rato pero en ese momento no me molestaba, leía, hacía algo y luego me dormía y si al día siguiente estaba muy muerta, pues seguía durmiendo o me despatarraba toda la mañana (o todo el día). Como ahora seguir durmiendo o despatarrarse no es tanto una opción (igual me tengo q levantar para alistar a Giulia para que Alberto se la lleve al nido y ya dormir otra vez es más difícil) me pongo un poco ansiosa esas horas que me desvelo y eso no ayuda para nada a que me vuelva a dormir. Felizmente, desde hace una semana empecé a tomar unas pastillas de calcio que me ayudan con lo de las piernas y hace unos días comencé con unas pastillas homeopáticas para relajarme y dormir que, a juzgar por mis dos últimas noches, parece que dan resultado.

Pero bueno, el punto es que a pesar de tener sueño, estaba llena de energía. De hecho, estaba sorprendidísima de mi energía. Siempre tuve miedo de llegar hecha un desastre a estas alturas del embarazo (tengo 35 semanas) por lo cansada que había estado los primeros cuatro meses y, sin ir muy lejos, hace un mes medio atrás. Pero al parecer el famoso instinto de anidación verdaderamente te envigoriza y te llena de entusiasmo y de ganas de hacer las cosas. Según yo, es eso y el hecho que Giulia está en el nido, lo que me había hecho estar tan activa, disfrutando de mi tiempo libre y sin tanto achaque.

Nótese el pasado en la última oración: “me había hecho estar tan activa…”. Claro, ya el viernes había empezado a notar un cierto cambio en mi energía. Por un lado, la falta de sueño empezaba a pasarme factura; por otro, tanta energía e instinto de anidación me habían permitido exagerar, emocionarme con mis actividades y ahora mi espalda me estaba recordando que con todo y lo bien que estoy, igual estoy cargando una panza de 8 meses y 8 kilos.

Toda la semana pasada, mi entusiasmo y yo nos las pasamos lavando ropa de Giulia para Chiara, organizando cosas, guardando, ordenando, arreglando, tirados en cuatro patas, agachados, parándonos y sentándonos en el suelo “n” veces al día y, como no es de sorprender a nadie, los achaques empezaron a salir (me pasó así con Giulia que por emocionada me puse a armar un mueble de Ikea –me encanta armar esas cosas, salí a mi mamá- y los días siguientes estaba que me moría). Por eso, esta semana me he auto declarado “fuera de servicio” y me estoy tomando todo con calma, en posición horizontal lo más que puedo de la mañana, haciendo siesta con Giulia y, cuando me pongo a trabajar en mis cosas (como ahorita), lo hago por lo general con todos los cojines que puedo porque lo que más me está matando es la espalda.

Pero pasando a cosas más entretenidas e interesantes, una de las cosas que me hicieron empezar este post el viernes fue el tema del porteo. El viernes, después de mucho tiempo, me aventuré a ir a un nuevo grupo de mamás. No lo hacía desde que tuve a Giulia. Es un grupo de mamás embarazadas y/o con bebes pequeños (algunas también tienen hijos más grandes). Supe de estas reuniones a través de un grupo de Facebook para papás y mamás que hablan inglés en Budapest. No hice muchas amigas nuevas (aún) porque finalmente conocí a una que había conocido virtualmente y, siendo las dos latinas, terminamos hablando en español entre las dos (excusándonos con el resto claro está, si no es muy feo).

Pero fue lindo ir al grupo. Primero porque vi potencial en hacer nuevas amigas. Segundo porque vi recién nacidos y, por breves minutos, hasta me dieron ganas de tener a Chiara conmigo. Tercero, porque vi mamás que porteaban a sus hijos en sus fulares (de hecho, todas las mamás en ese grupo me dieron la impresión de ser fanáticas “porteadoras”) y eso me hizo querer aún más (otra vez, por unos minutos) tener ya a Chiara.

Lo de las potenciales amigas es fundamental. Ahora que mis amigas más cercanas se fueron, soy consciente de que el hecho de estar tan tranquila sin ellas se debe a que ahora estoy disfrutando mi tiempo sola y a que, muy probablemente, no las hubiera visto tanto igual, al menos en las mañanas que es cuando hago actividades sin Giulia. Pero me queda claro que una vez que llegue Chiara y se vayan mis papás la realidad de mi “soledad” va a ser evidente y me va a dar duro. Y como será ahí cuando sienta el golpe, tendré que esforzarme una vez más por construir nuevas relaciones y fortalecer antiguas con mamás que estén teniendo bebes otra vez (felizmente tengo varias amigas con hijos de la edad de Giulia que están ya teniendo el segundo). Grupos como estos son los que te cambian y “hacen” la vida cuando estás lejos y siempre es bonito encontrar gente con la que sientes puedes pasar un buen momento.

Por otro lado, una de las cosas con las que soñaba yo cuando estaba embarazada de Giulia era con tenerla siempre colgada encima de mí. Me compré mi fular elástico y dos fulares tejidos (uno corto y uno largo) y también una mochila Ergo Baby y, aunque si la portee algo, no lo hice tanto como hubiese querido (aunque bastante más de lo que lo hubiera hecho si no estuviera viviendo acá). Por alguna razón, siempre terminaba usando el coche (excepto en los viajes que si andaba colgada a mi siempre) y, cuando no lo usaba, terminaba usando más la mochila que los fulares (y mi sueño de porteo era más con fular que con mochila). Esta vez quiero sacarme el clavo.


Me lo quiero sacar porque me quedé con el bichito de la vez anterior y porque creo que ahora la necesidad hará que tenga que portear a Chiara. Con la edad de Giulia, tener las manos libres es fundamental para correr detrás de ella o empujarla en el columpio o ayudarla a subir y bajar en los juegos. Aunque Giulia es una gran caminante, tampoco es que pueda prescindir del coche totalmente y prefiero tener a Giulia en el coche que a Chiara, asi que la única forma de andar las tres juntas va a ser teniendo colgada a Chiara (o, eventualmente a Giulia que aún en la espalda podría tenerla).

Ver a este grupo de mamás me animó mucho, es mucho más fácil hacer algo cuando estás rodeada de gente que hace lo mismo y verlas tan contentas con sus hijos colgados me hizo recordar lo rico que se siente tener a tu hij@ cerquita de ti y lo felices que son ellos cuando duermen encima de ti (al menos la mayoría se supone, hay niños a los que les “simpatiza” menos la idea). Ya quiero verme con Chiara en mi fular, practicando con las demás las distintas formas de amarrar los fulares y viendo (más) videos de youtube sobre trucos para que sea más fácil (los que me conoces saben que cuando me emociono con algo, me vuelvo medio obsesiva por un tiempo…). De hecho, hoy tuve una “mini clase” de porteo para recién nacido con fulares tejidos para ir viendo cómo es y decidir la mejor opción para el clima caluroso en el que va a estar Chiara sus primeros meses. ¡Qué emoción!


Para cerrar, debo decir que el escribir este post y no el “menos energético” que tenía en mente me ha subido el espíritu (que tampoco estaban tan caído pero igual) y me ha llenado de energía (al menos mental, el cuerpo todavía no termina de reponerse pero en esas anda….nada que unos días de calma no puedan arreglar).

No hay comentarios:

Publicar un comentario